Ya sé lo que quieres

Por: Michael Sixto

Ya sé que eso es lo que quieres, me lo has dicho muchas veces… solamente mi cuerpo. No te entiendo pero no me niego. Te ofrezco mi sexo aunque sea la única manera de intercambio que nos una. Dices que soy débil cuando hablo y me prefieres callado. Lo hacemos otra vez y el sudor empapa las sábanas. Desnuda entre mis brazos te desmayas en otro orgasmo. Son mis veinte segundos de felicidad. Luego te levantas y enciendes un cigarro. El humo llena la habitación y desde la butaca me miras a los ojos. Me levanto y te acaricio el cabello. Mi sexo queda a la altura de tu boca. No te puedes resistir y lo engulles con deseo. Te llamo puta y te tiro de los pelos.  Es todo lo que me dejas decir y aprovecho el momento. Son las seis de la tarde, me muero de hambre pero no me quiero ir. Quisiera decirte todo lo que pienso pero no puedo. Lo sabes y te ríes. Me llamas loverboy y prendes otro cigarro. “Vete a casa ya, es tarde, mi marido esta al llegar” No me importa tu marido, ni la hora ni mi hambre. Te quiero para mí pero ni siquiera te puedo hablar. Eres un fantasma, una sombra que no puedo hacer a un lado. Voy a la cocina y agarro un cuchillo. Te asustas y empiezas a gritar cubriéndote el cuerpo y me llamas muchacho loco. Sin hablar, como siempre te ha gustado, lentamente me lo entierro en el estómago. Caigo al piso aun aguantando el cuchillo. Tu voz se va disipando como un lejano eco. Ya sé lo que quieres de mí…  pero ya jamás tendrás.